Nuevamente la Red Cómo Vamos publicó la actualización del cálculo anual del Índice de Progreso Social (IPS), en donde Manizales se ubicó como la ciudad con el Índice de Progreso Social más alto en Colombia para el 2017, con un puntaje de 78,05 (sobre 100), siendo la única ciudad en un nivel alto de progreso social, dando señales de su valiosa calidad de vida. De este modo, Manizales superó los principales centros económicos del país, Bogotá (74,80), Medellín (74,32), Barranquilla (65,19), y liderando en el contexto regional cafetero.
La mayoría de las ciudades se ubican en un nivel medio-alto de progreso social, con excepción de Cali (62,11), Cartagena (60,76) y Cúcuta (60,73), porque sus puntajes se ubicaron en el nivel medio-bajo. Ahora bien, comparando los puntajes actuales, desde el 2009 se evidencia un importante avance a nivel agregado urbano nacional (10 principales ciudades), especialmente en ciudades como Ibagué, Barranquilla, Cali y Cartagena, que hace 7 años se encontraban en niveles entre muy bajo y bajo, y han logrado escalar de nivel, lo que es plausible como país. De hecho, Cartagena, Medellín y Cali son las ciudades que más puntaje han avanzado en el IPS anual (18,66, 17,22 y 15,51 puntos respectivamente), seguido de Ibagué, Manizales, Bogotá, Bucaramanga y Pereira (15,3, 14,55, 11,7, 10,31 y 8,99 puntos respectivamente).
En el caso particular de Manizales, se debe resaltar que obtiene muy buenas cifras en la dimensión de oportunidades, sobresaliendo con puntajes por encima de 80 en derechos personales, libertad personal y de elección, tolerancia e inclusión y acceso a educación superior, liderando en el país la dimensión completa con un puntaje de 91,77, superando en 10 puntos a la segunda ciudad en este factor que es Bucaramanga. En esta dimensión el crecimiento de la ciudad ha sido significativo, saltando en la última medición cerca de 10 puntos, gracias al importante repunte de acceso a educación superior, derechos personales y libertad personal y de elección.
En un segundo nivel se podrían ubicar los componentes de la dimensión de necesidades básicas, donde Manizales obtiene un puntaje de 78,44, siendo la segunda ciudad en el país, superado por Bogotá, por un diferencial de 2,68 puntos. En esta dimensión, Manizales resalta en agua y saneamiento y vivienda con puntajes por encima de 85, y nutrición y servicios médicos con un puntaje por encima de 75, pero presenta falencias en seguridad personal con un puntaje de apenas 53,84. A pesar de ubicarse en esta dimensión en una segunda posición en el contexto nacional, se evidencian retrocesos en la última medición, especialmente en vivienda y seguridad personal.
Y, por último, la dimensión con mayores brechas para Manizales es la de fundamentos del bienestar, con un puntaje de 63,93, 17,63 puntos de diferencia con la primera que es Bogotá, y 4,06 puntos de diferencia de la segunda ciudad en este factor que es Bucaramanga. En esta, el único componente positivo es acceso a información y comunicaciones, con un puntaje de 92,51, seguido de sustentabilidad ambiental, con un puntaje de 74,99. Sin embargo, registra puntajes de 48,27 el acceso de conocimientos básicos y de 39,95 en salud y bienestar, convirtiéndose en los grandes restos como ciudad a la luz del IPS. De hecho, entre 2016 y 2017, acceso a conocimientos básicos registra una importante caída de más de 10 puntos, mientras salud y bienestar un tímido aumento de menos de 3 puntos.
En resumen, con respecto al 2016, las ciudades colombianas recuperan la tendencia positiva del progreso social, de hecho, todas las ciudades presentaron un aumento en su IPS y, por primera vez ninguna ciudad obtuvo un Índice bajo o muy bajo. Los componentes más rezagados en todas las ciudades son salud y bienestar y seguridad personal: las tasas de suicidios, la baja actividad física y las altas mortalidades prematuras por enfermedades no contagiosas (en especial en las ciudades del occidente andino), son aspectos que deberían captar la atención de los responsables de la política pública.
En el caso de Manizales, se resaltan como aspectos prioritarios para la agenda pública: (i) salud y bienestar, que es componente más rezagado, donde se necesitan mayores esfuerzos en materia de suicidios, sedentarismo y mortalidad prematura por enfermedades no contagiosas; (ii) servicios médicos básicos, donde deben reducirse las mortalidades por desnutrición y por enfermedades infecciosas; (iii) en seguridad personal, al igual que el resto de ciudades, debe reducir homicidios y muertes por accidentes de tránsito; (iv) en movilidad priorizar alternativas de transporte sostenible y un sistema estratégico de transporte público.
Esta medida del Índice de Progreso Social-IPS es una herramienta bastante útil para evaluar los avances en el desarrollo de los territorios. Debe ser entendida desde una mirada global de crecimiento inclusivo, donde el real progreso de una sociedad es lo que efectivamente mide el desarrollo económico de un territorio. De este modo, se convierte en un insumo fundamental para los hacedores de política pública y las diversas instituciones que promueven el desarrollo de las regiones, siendo un instrumento de referencia para la planeación económica y el trabajo articulado en búsqueda de una mayor calidad de vida, la cual, en última instancia se convierte en una ventaja competitiva de las ciudades en el mundo actual.
Adenda 1. Robert Francis “Bobby” Kennedy (1925-1968), Fiscal General de los Estados Unidos desde 1961 hasta 1964, uno de los hermanos menores del presidente de los Estados Unidos John F. Kennedy, expresó en 1968: “El PIB no tiene en cuenta la salud de nuestros hijos, la calidad de su educación, o la alegría de su juego, la belleza de nuestra poesía o la fortaleza de nuestros matrimonios; en fin, mide todo, excepto lo que hace que la vida valga la pena.” Esta frase sigue con mucha fuerza 50 años después, y por esto, es que el IPS es una medida complementaria al tradicional PIB, pero que logra cobijar un gran número de variables que hablan de la calidad de vida de una sociedad, más allá de su nivel de ingresos.
Adenda 2. Vale la pena recordar que básicamente el IPS trata de responder a las siguientes tres preguntas: ¿Están satisfechas las necesidades más esenciales de la sociedad?; ¿Existen los elementos fundamentales para que las personas y las comunidades puedan aumentar y mantener su bienestar?; y ¿Existen oportunidades para que todas las personas puedan lograr su pleno potencial? Para la medición al interior del país, se abordan tres dimensiones (necesidades humanas básicas, fundamentos del bienestar y oportunidades) para un total de doce componentes (nutrición y asistencia médica básica, agua y saneamiento, vivienda, seguridad personal, acceso a conocimiento básico, acceso a información y comunicaciones, salud y bienestar, sustentabilidad ambiental, derechos humanos, libertad personal y de elección, tolerancia e inclusión y acceso a educación superior) que incluyen 48 indicadores.
Estudios Económicos
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