Foto de Manizales

Por: María Fernanda Sánchez Montenegro
Gerente Promoción e Inversión Latinoamericana de Procolombia.

 

Durante el inicio de las medidas de aislamiento en América Latina, las empresas enfrentaron caídas importantes en sus ingresos y dificultades para mantener operaciones. A junio de 2020, “en Colombia, el 96% de las empresas tuvieron una caída en sus ventas (el 75% registró una disminución superior al 50%) y el 82% de las empresas formales podrían subsistir solo entre uno y dos meses con sus propios recursos” (Confecámaras, citado por CEPAL. 2020). Las necesidades de financiamiento, de facilitación del comercio, de programas de alivio no se hicieron esperar. Gobiernos de Latinoamérica adoptaron medidas para mitigar los efectos de la pandemia sobre la actividad empresarial, en particular en las Mipymes; sin embargo, en materia de financiamiento, no todos los programas logran llegar a las empresas que más los requieren. Las Mipymes enfrentan barreras de financiamiento tales como “la informalidad, la falta de un inmueble físico o una garantía de compromiso, la falta de una empresa solidaria o garante, la baja formalización de la empresa y las bajas calificaciones crediticias” (BID 2020).

 

Una alternativa al financiamiento puede ser las alianzas empresariales estratégicas, pero, ¿cuáles son los aspectos básicos a tener en cuenta al momento de considerar una alianza? Lo primero es identificar qué tipo se requiere, si hay una necesidad de capital, de incorporar una nueva línea de negocio o de integrar un nuevo eslabón en la cadena de valor o de producción, puede que la inversión de un Fondo de Capital Privado (FCP) o de una multinacional sea el ideal. Para ello, es indispensable que la compañía tenga muy claro:

 

  1. Necesidad existente (Qué): identificación plena y clara de lo que se requiere, incluyendo montos de la posible inversión o inyección de capital.
  2. Posible solución (Porqué – Cómo): Motivación que llevó a la empresa a buscar un FCP o una multinacional como inversionista en su negocio por encima de otras opciones como crédito bancario. Nexo entre lo que se requiere y el porcentaje de participación o propiedad que se entregará a cambio en la empresa o proyecto.
  3. Expectativas (Para qué): identificación de los objetivos a alcanzar con dichos recursos y los medios para lograrlo. Expectativas de crecimiento, ventas, tasa de retorno, entre otras.

 

Alrededor de estos puntos, la empresa puede ir estructurando cada uno de los aspectos básicos a tener en cuenta para trabajar con un FCP identificados por Colcapital (2018) a saber: problema / oportunidad, solución, modelo de negocio, competidores, equipo, cifras financieras, mercado e inversión.

 

Hay otro tipo de alianzas estratégicas que no implican necesariamente otorgar un porcentaje de la propiedad o participación en la empresa. Se trata de los contratos de colaboración empresarial, “los cuales buscan aunar esfuerzos entre dos o más partes que tienen experiencia en determinadas áreas, con el objetivo de alcanzar un fin común, como puede ser la ejecución de un proyecto, la expansión de un negocio, entre otros” (ProColombia 2016). Dentro de este grupo de contratos encontramos: joint venture, franquicia, agencia comercial, distribución, unión temporal, consorcio, cuentas en participación, licencias de uso. Estos contratos se usan normalmente para buscar eficiencias en la operación o cobertura de determinado negocio y son mirados a veces como un primer paso para la internacionalización de una operación. Algunos aspectos a tener en cuenta en este tipo de contratos: 

 

  1. Es aconsejable mantener la titularidad de los derechos de propiedad intelectual registrados en el exterior y más bien, otorgar licencias de uso o de explotación a los aliados o asociados.
  2. En materia de autorizaciones sanitarias, es importante tener en cuenta que quien quede registrado en el permiso sanitario como importador (en el país destino de la internacionalización), es quien quedará autorizado para la comercialización en ese país y, por lo tanto, puede influir en la internacionalización de los productos.
  3. Complementar la relación contractual con manuales de uso de información privilegiada, manuales o protocolos de uso del know how, good will, marcas y otros activos intangibles puede enriquecer y hacer mucho más fluida la relación con los socios locales.

 

Según UNCTAD (2021) “el número de adquisiciones de empresas en América Latina y el Caribe desde el extranjero, disminuyeron casi un 80% en el primer trimestre del 2020 debido a la inestable situación política y social de varios países de la región”.
Gracias a la estabilidad política y económica de Colombia que nos ha permitido capitalizar 50 años de crecimiento sostenido, nuestro país ofrece un excelente posicionamiento y clima de negocios para recibir inversiones de FCP y empresas multinacionales que buscan un socio local para invertir.

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