Generalmente cuando se realizan estudios del mercado laboral en los territorios se tiende a omitir o abordar de manera superficial las principales características de aquella población que, estando en los rangos de edad productiva, no participa dentro del proceso de producción por diversas razones, y por este motivo, se excluyen o se le resta interés en su caracterización. Esta población, que en el promedio de las 13 principales ciudades y áreas metropolitanas del país, representan el 34% de la Población en Edad a Trabajar-PET, son un grupo del mercado laboral de vital importancia en cuanto a la construcción de política pública, ya que a pesar de no generar ningún valor agregado dentro del sistema económico, son personas potencialmente demandantes de servicios de educación, salud y de mercado en general, y allí radica la importancia de entender en detalle la composición de esta subpoblación.

La Población Económicamente Inactiva-PEI, siguiendo la definición del DANE, “comprende a todas las personas en edad de trabajar que en la semana de referencia no participan en la producción de bienes y servicios porque no necesitan, no pueden o no están interesadas en tener actividad remunerada. A este grupo pertenecen estudiantes, amas de casa, pensionados, jubilados, rentistas, inválidos (incapacitados permanentemente para trabajar), personas que no les llama la atención o creen que no vale la pena trabajar”. Precisamente, el conocimiento de esta población, sirve por un lado para proyectar posibles inversiones de infraestructura en servicios en general, y segundo, conocer la dimensión de aquellas personas que no estén interesadas en trabajar y evaluar posibles estrategias de migración hacia la fuerza laboral, aumentando el factor de producción trabajo para impulsar las posibilidades de producción del territorio, especialmente en esas personas que se muestran desalentadas de acceder al mercado.

Claramente el tamaño de la población inactiva debe variar a lo largo y ancho del territorio nacional, muy en línea con las cifras poblacionales de cada ciudad. De este modo, ciudades como Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla, tienen cifras de inactivos por encima de las 500 mil personas, mientras hay otras ciudades cómo Quibdó, Tunja o Sincelejo, donde los inactivos no superan las 100 mil personas. En el caso de Manizales, la población económicamente inactiva para 2017 fue de 139.299 personas, mostrando una variación del 0,3% con respecto al 2010, siendo de las ciudades con la variación más baja en el periodo en el contexto colombiano.

Ahora bien, dentro de la población inactiva es especialmente interesante evaluar más específicamente un segmento conocido como “ninis”. El término nini se refiere a las personas que ni estudian y ni trabajan, fenómeno que ha sido estudiado desde diversos ángulos en Colombia y Latinoamérica. Siguiendo un filtro propio de análisis de personas inactivas en edad entre los 15 y 24 años de edad (jóvenes), que no estudian, no trabajan, no están buscando trabajo y nunca han trabajado, se estimaría la proporción de “ninis” sobre los inactivos al interior de la población. Para 2017, bajo el enfoque anterior, en las 23 ciudades y áreas metropolitanas del país había 228.969 “ninis”, de los cuales, Manizales habitaban 3.205, población que ha disminuido un -35,2% desde el 2010, pasando de 3,6% de proporción ninis sobre inactivos en 2010 a 2,3%, es decir, una pérdida de 1,3 puntos porcentuales. A nivel país, Manizales se ubica una proporción por debajo del promedio de las 23 ciudades (3,4%) y es de las ciudades que mayor reducción ha mostrado en el periodo 2010-2017.

Si bien, las cifras muestran mejoras en tiempo reciente, estamos frente a una realidad local que exige mayores esfuerzos por parte de las instituciones públicas y privadas de educación, empresas, administración local y hogares de abordar una población, que al ser joven, sin estudios superiores, y que actualmente no esté avanzando en su formación y tampoco trabajando, lo pone a la deriva de la vida, desaprovechando su potencial productivo y, consolidando un grupo poblacional que, no presiona el desempleo, pero exige demandas de inversión social en el corto, mediano y largo plazo que a la final es un costo para la calidad de vida de una sociedad.

Es importante tener en la discusión colectiva de territorio que el fenómeno (y problemática) “ninis” es de escala internacional, que conlleva temáticas de marginación social y mayor riesgo de desórdenes sociales, por ejemplo, embarazo adolescente, drogadicción, violencia, entre otros, y allí radica un gran desafío de política pública local en contrarrestar un fenómeno que ataca a una población que hace parte, por su edad, del futuro productivo de la sociedad.

Adenda. Estos resultados hacen parte del Informe Cómo Vamos en Empleo 2018 realizado en alianza entre la Cámara de Comercio de Manizales por Caldas, Manizales Cómo Vamos y Confa Caldas; uno de los estudios más completos, en tiempo reciente, sobre el conocimiento del mercado laboral local. Para consultar el informe completo de clic aquí.


Estudios Económicos
Unidad de Innovación y Desarrollo Regional
Cámara de Comercio de Manizales por Caldas
Teléfono: 8841840, ext. 506

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