Aicardo Alfonso Castaño Ocampo
Abogado Unidad de Registro y Asuntos Jurídicos
Cámara de Comercio de Manizales por Caldas
La extorsión se ha consolidado como un problema alarmante para empresarios y comerciantes en Colombia, siendo cada vez más frecuente. Su ocurrencia no solo afecta la seguridad ciudadana, sino también la estabilidad económica del país, este fenómeno delictivo se caracteriza principalmente por la exigencia de favores o dinero bajo amenazas de violencia.
Aunque fue una práctica asociada principalmente a los grupos armados subversivos, hoy en día se ha recrudecido constituyéndose en una opción efectiva de financiación para diversas actividades delictivas que van desde el narcotráfico hasta las lesiones personales, el desplazamiento forzado, la trata de personas y el homicidio, entre otras.
Con la implementación de nuevas tecnologías en la era moderna, también se han sofisticado las posibilidades de cometer actos ilícitos, entre los que la extorsión ha logrado adaptarse para ejecutarse principalmente a través de llamadas telefónicas y medios digitales; esto ha permitido una alta efectividad no solo en el cumplimiento del propósito delictivo, sino también en facilitar el anonimato de sus perpetradores, lo que ha complejizado el actuar de las autoridades policiales y judiciales en la determinación y sanción de los responsables.
Es importante considerar que el abordaje de la extorsión no debe hacerse solo desde la perspectiva delictual y punitiva del ilícito, sino que exige una revisión profunda de las problemáticas sociales y de la presencia efectiva del Estado y sus instituciones en los territorios; Así, se plantea un desafío importante a la autoridad del Estado, el cual debe articularse con la sociedad civil y las distintas instituciones para fortalecerse mutuamente y hacer frente a la extorsión.
Ya que la extorsión se vale del uso de medidas persuasivas y de infundir miedo en las víctimas, se crea un círculo vicioso en torno a esta práctica que se alimenta del temor, la desconfianza en las instituciones y en su falta de capacidad para preservar la seguridad y bienestar de los ciudadanos. Esto repercute en bajos niveles de denuncia que impiden la actuación oportuna de las autoridades y plantean un escenario de subregistro de los actos delictivos, lo que no ofrece certeza sobre el estado real de la situación e impide tomar acciones efectivas con datos concretos.
De acuerdo con el informe “RADIOGRAFÍA DE LA EXTORSIÓN: el principal desafío de la seguridad ciudadana” publicado por PARES Fundación Paz & Reconciliación y con los datos obtenidos del SIEDCO, la mayor cantidad de casos de extorsión se presenta en las principales ciudades del país. No obstante, este fenómeno ha tenido un notable incremento en todas las regiones, y para el departamento de Caldas, entre los años 2022 y 2023, tuvo un crecimiento equivalente al 9.6%. No ajena a esta problemática, la Cámara de Comercio de Manizales por Caldas ha puesto en marcha la construcción de un protocolo de prevención y atención a los delitos de extorsión, a través del cual los empresarios y comerciantes de esta jurisdicción puedan recibir orientación oportuna frente a la posible ocurrencia de este delito. Además, se están generando espacios informativos que permiten conocer más sobre esta situación y una ruta clara de atención y acompañamiento en pro de la formulación de las correspondientes denuncias en articulación con el GAULA, la Policía Nacional y la Fiscalía General de la Nación.
Se destaca la importancia de la denuncia como mecanismo necesario para que las autoridades competentes puedan investigar la presunta comisión de delitos e iniciar los trámites judiciales y penales pertinentes. Asimismo, se recomienda a los empresarios y comerciantes víctimas de estos hechos tomar acciones preventivas respecto del manejo de la información que comparten a través de redes sociales y mecanismos digitales, ya que constituyen el principal insumo para la comisión de este tipo de delitos. Emprender las acciones necesarias y articuladas nos permite actuar juntos contra la extorsión.