Uno de los análisis más frecuentes para comprender las dinámicas del emprendimiento en el tiempo es a través del enfoque de la demografía empresarial, que ajusta los indicadores de la demografía convencional al análisis empresarial, es decir, hace un estudio de la natalidad, mortalidad y supervivencia de las empresas en un espacio geográfico. El ejercicio más completo y reciente de demografía empresarial en el contexto colombiano hace parte de los Cuadernos de Análisis Económico publicados por Confecámaras (septiembre, 2016), que utilizan las recomendaciones del manual Eurostat-OECD Manual on Business Demography Statistics para realizar los cálculos de los indicadores demográficos empresariales.
Desde Estudios Económicos de la CCMPC nos sumamos al interés por la demografía empresarial, presentando un análisis adaptado a la esfera empresarial de Manizales, utilizando la información disponible en el Registro Mercantil de la Entidad. En primera instancia se observa que el crecimiento en el número de empresas desde 1974 sugiere una tendencia decreciente. Entre 1975 y 1979, la tasa de crecimiento alcanzaba un 10%. El promedio de cinco años disminuye año a año hasta alcanzar un valor del 1% entre 1995 y 1999, en pleno período de crisis económica. Entre 2000 y 2004 se da una recuperación, llegando a un promedio de 3%, pero de nuevo el promedio cae hasta alcanzar el 1% entre 2010 y 2014, teniendo 2013 el año con el crecimiento más alto en ese período, alcanzando el 5%. Igualmente se observa que, a partir de 2008, la tasa de crecimiento de las empresas constituidas como sociedades ha sido superior a la de las empresas constituidas como personas naturales. Este cambio modifica la composición empresarial ya que en 2007 las personas naturales representaban el 86% de las empresas, mientras que en 2015 pasan a representar el 77%.
Por la parte de los indicadores demográficos se muestra que, en cuanto a la supervivencia, se observa un patrón interesante. Desde los años ochenta, cerca del 20% de las empresas creadas no sobreviven a su primer año de vida. De hecho, para las empresas que se crearon en 2010, existía una probabilidad del 22% de cerrar en su primer año de existencia, mientras que, para las empresas creadas en 1980, la probabilidad era del 16%, dando señales de una mayor competencia y dinámica empresarial y como ciudad haber alcanzado un nivel de saturación en algunos sectores en la economía que impulsan la rápida expulsión de las empresas en el mercado, lo cual no es negativo en naturaleza económica.
La tasa de entrada bruta para 2015 tiene un resultado del 17,35%, lo que indica que por cada 100 empresas existentes el 31 de diciembre de 2014, entraron un poco más de 17 nuevas empresas en 2015. La tasa de salida bruta, muestra en cambio un resultado de 17,54%, lo que resulta en una tasa de entrada neta de -0,18%. Esto quiere decir que, en este último año, el número de empresas que se cierran es levemente superior al número de empresas que se crean.
Ahora bien, examinando las tasas de entrada bruta para los sectores económicos con mayor participación, se evidencian ciertos contrastes. Los sectores de hoteles y restaurantes, servicios personales y comercio presentan dinámicas muy similares, quizás relacionadas con sus características de contar con pocas barreras de entrada y salida en el mercado. En cuanto a la industria manufacturera muestra que su tendencia a largo plazo es a disminuir la cantidad de nuevas empresas en proporción con las existentes, natural con su dinámica y el nivel de desarrollo económico alcanzado por la ciudad. La tendencia del sector de transporte, almacenamiento y comunicaciones se ha mantenido creciente en el largo plazo. Y, en las actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler encontramos una tendencia a largo plazo en forma de u, lo que indica que en las décadas de los años setenta a los años noventa el crecimiento de este sector era cada vez menor, pero a partir de mediados de los años noventa, el sector comenzó una tendencia hacia un crecimiento cada vez mayor, llegando a 19 nuevas empresas por cada 100 nuevas existentes en este sector.
Las tendencias presentadas se refuerzan al observar las entradas de nuevas empresas año a año, en las cuales para 2015 el comercio es responsable del 41% de las nuevas empresas, mientras que en 1974 representaba el 56%. La industria manufacturera también ha perdido peso en este sentido ya que en 1974 el 10% de las empresas nuevas pertenecían a este sector, mientras que en 2015 la cifra disminuye a 6%. Lo contrario sucede con las actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler, que representan el 12,65% de las nuevas empresas en 2015, después de que en 1974 representaban tan solo el 3%. Si se calcula la tasa de entrada neta, a partir de la tasa de entrada bruta y salida bruta, se muestra que los servicios inmobiliarios, empresariales y de alquiler han crecido a una tasa del 7% en los últimos años en el tejido empresarial de Manizales, dando señales a favor de la terciarización de la economía local.
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Estudios Económicos
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