En los últimos días han ocurrido importantes cambios en la coyuntura económica en el escenario internacional, además el primer semestre del año 2015 cierra con muchas inquietudes para la economía nacional.
Cuatro elementos internacionales han marcado las percepciones y proyecciones en el mundo: el acuerdo nuclear con Irán, la recuperación económica de los Estados Unidos, las expectativas de crecimiento de la economía China y la situación financiera y fiscal de Grecia. Los cuatro fenómenos golpean la economía del país desde diversos canales de transmisión y alteran las expectativas de los distintos agentes en el sistema.
El acuerdo con Irán de frenar definitivamente su producción nuclear abrirá las puertas a su industria petrolera, lo que significara para el segundo semestre habrá en una mayor oferta de crudo en el mundo, que posiblemente impacte sobre los precios de este producto y los ubique por debajo de las cifras actuales. Nos es claro cuánto sea el impacto en los precios del petróleo, pero sí es seguro que aumentará la sobreoferta que existe actualmente a nivel mundial.
La recuperación económica de los Estados Unidos fue la gran noticia a comienzos del 2015 y en lo corrido del año la economía norteamericana ha crecido moderadamente. Esta recuperación en general es positiva para el crecimiento económico mundial. Lo que preocupa son las declaraciones de la presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, quien anunció un posible aumento en las tasas de interés al interior del país, lo que provocará que este mercado sea más atractivo para los inversionistas extranjeros y posiblemente ocasione una salida importante de capitales de mercados emergentes con destino a los Estados Unidos.
La situación financiera y fiscal tan agobiante que está experimentando Grecia actualmente, tiene los ojos del mundo puestos en la decisiones del Banco Central Europeo y del Fondo Monetario Internacional. Los índices de confianza inversionista en el viejo continente no son positivos y la actividad económica de las principales economías europeas no han logrado dar ese paso hacia una recuperación consolidada. Esto reduce sus capacidades de acción y frena la dinámica del comercio internacional.
Finalmente, en los últimos días la Bolsa de Valores de Shanghái, en China, abrió con una caída reflejando los temores que existen frente a una posible desaceleración de su ritmo de crecimiento, y una contracción en los principales sectores económicos del país asiático, lo que genera alarmas en los mercados internacionales, por el hecho de China ser en uno de los principales importadores de materias primas en el mundo.
Ahora bien, los efectos principales de estos fenómenos probablemente se traduzcan para Colombia en un menor valor de las exportaciones de petróleo, menores ingresos fiscales, una mayor depreciación del peso colombiano, una mayor carga de la deuda externa del país, una disminución en los flujos de inversión extranjera directa, un ligero aumento de la inflación por vía de los productos importados y un impulso a las exportaciones no minero-energéticas por una situación cambiaria competitiva. La gran mayoría de estos resultados en los últimos meses se han dando en el país y la situación se ve reflejada en las percepciones y expectativas de empresarios y consumidores, como lo muestra en parte los resultados de la Encuesta de Opinión Empresarial de Fedesarrollo para el mes de junio.
Sin embargo hacer pronósticos de cara al segundo semestre del año de cifras y datos es algo irresponsable e inapropiado, ya que lo más correcto es no influir en las expectativas de los agentes económicos que en la mayoría de las ocasiones se concluye acelerando procesos infortunados en la economía.
Lo que sí es válido afirmar es que no todo el país depende de las exportaciones del petróleo. Caldas por ejemplo es un departamento en el que el cien por ciento de su oferta exportable son otro tipo de productos diferentes al crudo; y en esta nueva coyuntura despreciativa del peso colombiano con respecto al dólar es una oportunidad para que departamentos como Caldas promuevan la diversificación de su producción y se aprovechen las ventajas de una tasa de cambio depreciada.
Es cierto que la década de apreciación del peso colombiano y de enfermedad holandesa sufrida en el país afecto negativamente a la industria y el sector agrario, pero ahora la balanza esta a su favor y la oportunidad es ahora. El Gobierno Nacional debe colocar la vista en estas regiones, ya que acá es donde está el potencial de crecimiento y desarrollo económico que el país necesita.
Adenda: La semana pasada en la ciudad de Bucaramanga tuvo origen el 19° Encuentro Nacional de Cámaras de Comercio, en donde uno de los temas del evento fue el fortalecimiento de nuevas vocaciones productivas en las regiones con miras aumentar la competitividad. Esto representa que desde las Cámaras de Comercio del país la lectura y comprensión de la presente coyuntura económica es clara y la tarea a futuro está bien definida.