Colombia empezó el 2017 con cifras frágiles en términos de crecimiento económico. A nivel agregado el Producto Interno Bruto (PIB) registró una variación porcentual anual para el primer trimestre del 2017 igual a 1,1%, representando la tercera cifra más baja desde el 2001 (en el primer trimestre de 2002 la variación fue del 0,8% y en el cuarto trimestre de 2008 fue de 0,3%) y mostrando igualmente una cifra igual a la presentada en el primer trimestre del 2009, revelando una brecha importante en la dinámica de los últimos años, confirmando de este modo la tendencia de desaceleración de la economía colombiana.
Evaluando el desempeño económico colombiano por ramas de actividad se evidencia que los grandes motores en este inicio de año fueron agricultura y sector financiero, con tasas del 7,7% y 4,4% respectivamente. Es de recordar que la agricultura representa el 6,3% y el sector financiero el 21,3% del PIB nacional. El primero muestra una sustancial recuperación, ya que viene de un 2016 con crecimientos negativos, y el segundo con una cifra similar al promedio del año anterior, ratificando la estabilidad e impulso de este sector en la actualidad del país. La agricultura estuvo impulsada por el cultivo de café y el cultivo de otros productos agrícolas principalmente, que mostraron tasas de crecimiento del 11,5% y 12% respectivamente; por su parte en el sector financiero fueron la intermediación financiera, con el 6,4%, y las actividades empresariales y de alquiler, con el 4,3%, las de mejor dinámica.
Por otro lado, los resultados más críticos se registraron en los sectores de explotación de minas y canteras, con una variación del -9,4%, la más alta contracción en los últimos quince años; construcción, con una variación del -1,4%, la cifra más baja desde el 2012; comercio, hoteles y restaurantes, con una variación del -0,5%, la cifra más baja desde comienzos del año 2009; y la industria manufacturera, con una variación del 0,3%, cifra muy baja en comparación con el promedio de los últimos cuatro años.
En el sector minero la contracción fue generalizada, con excepción de la extracción de carbón mineral que creció 2,8%, con variaciones del -12,3% en la extracción de petróleo y -19,5% en la extracción de minerales metalíferos. En construcción sorprendió el crecimiento de edificaciones con un -7,1%. En el sector de comercio, hoteles y restaurantes, que pesa un 12% en el PIB colombiano, la contracción más pronunciada fue en hoteles y restaurantes, con una variación del -1,4%, seguida del comercio con el -0,5%. Y en el sector manufacturero, que representa el 11,1% del PIB, se presentó una contracción de la fabricación de productos metalúrgicos básicos (-8,3%), fabricación de muebles (-7,2%) y elaboración de bebidas (-6%), frente a un crecimiento importante de la fabricación de productos de refinación del petróleo (9,3%), elaboración de productos de café (7,6%) y trasformación de la madera y productos de madera (5,7%).
Finalmente, en las actividades de servicios sociales, comunales y personales que participan con el 16% de la producción nacional, durante el primer trimestre crecieron 2,2%, destacándose la educación de mercado con una variación del 3,7%, representando el 11% dentro del sector.
Las cifras dejan sabores agridulces, con un 40% de buenos resultados (agricultura, sector financiero y servicios) y el restante 60% con preocupaciones evidentes (sector minero, construcción, comercio e industria). En conjunto, la economía colombiana está creciendo a un ritmo que no es el esperado por las proyecciones del Gobierno Nacional, incluso estuvo por debajo de las estimaciones del Banco de la Republica que proyectaba un crecimiento del 1,3%, situación que ha empezado a colocar ciertas alamas en los diversos sectores de interés en el país. A pesar de que el crecimiento económico no sea sinónimo de bienestar y desarrollo, es una variable esencial en dichos procesos.
De continuar esta tendencia los primeros efectos se visualizarán en el corto plazo dentro del mercado laboral, con mayores indicadores de desempleo e informalidad, con resultados adversos sobre los ingresos en los hogares y su bienestar económico. Es necesario que el Gobierno ponga un acelerador a sus programas de impulso económico, el último de ellos lanzado en febrero de este año denominado “Colombia Repunta”, para frenar la tendencia de desaceleración de la economía y lograr un crecimiento por encima del 2% para el final del año.
Estudios Económicos
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