Por: Daniela Zuluaga Gaviria
Fundadora y CEO de Sentido Verde
Cada vez es más evidente el deterioro ambiental en el que se encuentra nuestro planeta Tierra. El cambio climático es una realidad incuestionable, estamos perdiendo biodiversidad a un ritmo acelerado, la contaminación por la generación de residuos es imparable y en tan sólo 12 años pasamos de 7.000 millones a 8.000 millones de personas demandando recursos y generando residuos. Además, como sociedad tenemos grandes retos en la reducción de pobreza, equidad, acceso a la salud, educación, entre otros. Podemos pensar que son problemáticas en las que no aportamos una solución de impacto o por el contrario, verlas como retos u oportunidades y estar seguros de que desde las organizaciones, comunidades y estados bien liderados, proporcionamos respuestas.
Las empresas juegan un papel protagónico en la solución de estos retos; es necesario la inclusión de un nuevo paradigma en nuestro sistema de progreso, y es el desarrollo sostenible. Según las Naciones Unidas, este concepto hace referencia a la satisfacción de las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para complacer sus propias necesidades, garantizando el equilibrio entre crecimiento económico, cuidado del medio ambiente y bienestar social. Entonces, nos referimos a tres componentes: económico, social y ambiental. Las empresas deben generar valor no sólo a sus accionistas, sino también al planeta y a las personas.
Además, es importante destacar que cuando hablamos de sostenibilidad, no se debe confundir con filantropía o responsabilidad social, son conceptos diferentes. Michael Porter, lo explica muy bien, “la filantropía es un regalo, la responsabilidad social empresarial es un gasto y la creación de valor compartido tiene que ver con oportunidades, crecimiento y productividad, que llevan al desarrollo sostenible.” Cuando gestionamos este tipo de desarrollo dentro de la empresa estamos generando valor a todos los grupos de interés, sin sacrificar las ganancias financieras. Hay estudios que demuestran cómo la sostenibilidad tiene una relación estrecha y directa con el rendimiento financiero, ya que ayuda a apalancar los siguientes procesos: eficiencia operativa, innovación, ventas y mercadeo, fidelización de clientes, gestión de riesgos, relaciones con los colaboradores, relación con los proveedores y demás grupos de interés. ¿Y en tu empresa ya cuentan con una estrategia de sostenibilidad?