La semana pasada el DANE publicó las cifras de variación del índice de precios al consumidor-IPC para el mes de junio, con la grata sorpresa que el resultado para doce meses se ubicó en 3,99%, entrando nuevamente en el rango meta del Banco de la República, generando cierto alivio para el cierre del primer semestre del 2017 que ha estado cargado de noticias económicas poco favorables en el país. La variación a nivel semestral fue de 3,35% y mensual del 0,11%. Para el mes de junio el grupo de bienes y servicios que mayor variación obtuvo fue de diversión (2,85%), marcado por la temporada de vacaciones de mitad de año.
Ahora bien, tomando la variación de los últimos doce meses (anual), a nivel nacional los grupos de educación, salud y comunicaciones presentaron las variaciones más altas, con 7,48%, 7,38% y 7,18% respectivamente. Las ciudades con las variaciones anuales más altas del IPC fueron: Medellín (5,20%), Manizales (5,18%), Pereira (4,81%), San Andrés (4,78%) y Barranquilla (4,63%). Por otro lado, las ciudades con las variaciones anuales del IPC más bajas fueron: Tunja (2,45%), Valledupar (1,88%), Riohacha (1,78%), Villavicencio (1,71%) y Cúcuta (1,57%). Del total de las 24 ciudades de la medición, solo 8 ciudades presentaron una variación anual del IPC superior a la registrada a nivel nacional (3,99%). A nivel semestral, las variaciones del IPC más altas estuvieron en Bogotá (3,74%), Manizales (3,73%), Cali (3,56%), Pereira (3,49%) y Medellín (3,43%); y las variaciones más bajas en Villavicencio (1,95%), Sincelejo (1,48%) y Riohacha (0,83%).
En el caso específico de Manizales, donde la variación anual fue de 5,18%, la mayor parte de los grupos de bienes y servicios estuvieron por encima de esta cifra, destacándose comunicaciones (12,50%), que incluye servicios relacionados con correo, telefonía y equipos; y otros gastos (9,02%), que incluye bebidas alcohólicas, artículos para el aseo y cuidado personal, artículos de joyería y similares y otros bienes y servicios como servicios financieros, bancarios y seguros. Y, se presentaron por su parte tres grupos que estuvieron por debajo de la cifra local: transporte (4,80%), que incluye compra de vehículo, gastos de funcionamiento de transporte personal, y transporte público; vestuario (3,16%), que incluye vestuario en general, calzado y servicios conexos; y alimentos (1,95%), que incluye desde alimentos en general (cereales, tubérculos, hortalizas, carnes, lácteos, frutas y verduras) y comidas fuera del hogar (restaurantes, almuerzos, comidas rápidas, cafeterías, entre otros). Por niveles de ingresos de los hogares, se muestra que la mayor variación fue en ingresos medios (5,47%), que representan cerca del 45% de los hogares, seguido de los ingresos bajos (4,85%), que representan cerca del 50% de los hogares, e ingresos altos (4,76%), que representa cerca del restante 5% de los hogares.
A nivel semestral, es decir, en lo corrido del año, la variación anual del IPC para Manizales fue del 3,73%, con variaciones altas en el grupo de comunicaciones (9,47%), educación (7,09%) y otros gastos (6,88%) principalmente. Alimentos y vestuario presentan las variaciones semestrales del IPC más bajas en la ciudad, con 2,09% y 1,52% respectivamente.
Los resultados del IPC para el primer semestre son positivos en la actual coyuntura económica nacional, donde los principales indicadores económicos lideres no muestran resultados muy favorables. La tendencia descendente de la inflación en el país es constante, donde el grupo de alimentos está mostrando los mejores resultados ya que no está padeciendo efectos de fenómenos climáticos y de paro de transportadores como el año pasado, garantizando una buena oferta alimenticia, y solamente los grupos de educación, salud y comunicaciones se desbordan dentro del promedio nacional, por encima del 5%. Según diversos analistas nacionales, esta tendencia es en gran parte debida a los efectos tardíos de la política monetaria contractiva del Banco de la República, en donde vale la pena recordar que el país llego a tener tasas de intervención sobre el 7,5%, buscando precisamente intervenir en el fenómeno inflacionario reciente, y el relajamiento monetario por parte del BdR apenas comenzó este año. Ahora bien, se espera que la inflación continúe en esta tendencia para finales de año, y se estabilice para el cierre del 2017 entre el 3,6% y 4,2%, y exista un efecto por demanda interna que presione esta misma a la baja.
Estudios Económicos
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